domingo, 29 de julio de 2012

Capítulo II

Ahora podría seguir con un relato erótico, tipo "Último Tango en París" o algo parecido, pero como sería salirse del tema, sólo diré que fue un amor apasionado, y no pasajero, ya que duró muchos, muchos años. Al principio tuve que luchar contra familia y amigos, que veían las cosas de una forma más coherente, más práctica, y sabían que iba a ser un amor difícil, que iba a causar sufrimiento. Yo no veía nada más que una cosa, que yo había elegido mi destino y que nadie me iba a hacer cambiar de idea.
Lo malo es que esa decisión hizo desaparecer todos mis sueños anteriores, o al menos los dejó aletargados en algún rincón de mi corazón.
Tuve tres hijos, que fueron las experiencias más maravillosas de mi vida.Con todos los errores que seguramente cometí y con todas las dificultades que supone la responsabilidad que es ayudar a crecer a un ser humano. Sobre todo teniendo en cuenta que yo vivía en una especie de nube y seguía siendo una niña. Lo que sí es seguro es que siempre tuvieron mi amor incondicional y mi apoyo en todo momento. Y que dos de ellos son hoy hombres con conciencia, de los que estoy muy orgullosa. El tercero aún está en el camino, porque es un adolescente sensible y respetuoso. 
Dije al principio que este hombre que se convirtió en mi compañero durante un largo trecho de mi viaje por esta vida, era muy inmaduro. Es difícil explicar su influencia en mí sin caer en la crítica. Le amé mucho y dejé de ser yo misma para ser una parte de él. Él me exigía "adoración" y eso tenía de mí. Era acaparador, posesivo y celoso. Y yo se lo permitía. Él era un artista triunfador y yo dejé de ser lo que había soñado ser, para convertirme en su sombra.
Un día desperté... (Continuará)

No hay comentarios:

Publicar un comentario